domingo, 16 de febrero de 2014

En la soledad, Sergio Rodríguez Carmona

El caluroso verano me agobiaba. Sentía una fuerza en mí que me decía que escapara, que me alejara de allí. Al día siguiente lo comprendí todo. Con un gran afán de superación, decidí ir a la tienda de animales y comprarme una cacatúa para no estar tan solitario en esos días tan difíciles por los que estaba pasando.

Era interesante saber que cada vez me encontraba mejor. Salía por las tardes a dar un paseo por las cálidas arenas al borde del mar, ya no me sentía atrapado en aquel zulo oscuro y frío. Por eso, me vine al Mediterráneo, lejos y alejado del mundo, de la sociedad corrupta que nos maneja como si fuésemos marionetas a las que arrancarles y destruirles la felicidad que buscan.

Hasta que un día me cansé de ser igual que todos, de ir siempre como las moscas a la mierda. Nunca pensé que sacaría todo esto que llevo dentro para no ser un tonto más al que puedan manejar.

Ahora solo vivo por mí y para mí. 

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