miércoles, 16 de enero de 2013

BIG-BANG. Antonio M. Díaz Sequera

Al mirar mis ojos puedes ver dos bombillas apagadas que, al verte aparecer, creen que eres su interruptor más esperado, creando así la conexión eléctrica tan deseada que hace que mis ojos se iluminen y como consecuencia irradien un calor tan inmenso y acogedor como los rayos del sol. Te acojo en mis brazos y ahora puedo  sentir cómo el globo de mi pecho, latido tras latido, desea estallar. Cumple su misión y causa que la eterna distancia que existe entre la maravillosa luna y el grandioso sol desaparezca. Ahora nuestros labios colisionan haciendo así que el mundo que conocemos llegue a su fin, es un nuevo Big-bang en el que nosotros somos las únicas partículas supervivientes. Ahora, este es nuestro Big-bang.

AUTORRETRATO. Mª Carmen Muñoz Román


Aquí me veo, con una expresión facial de concentración, encogiendo mis ojos y apoyando mis grandes manos sobre la cabeza. Intento buscar dentro de mí y trato de encontrar cada una de mis cualidades. Y aquí estoy, delante de una hoja en blanco, sin caer en la cuenta de que la situación me describe por sí sola. Esto es todo lo que soy. Soy virtud y caída, el punto de partida y una mentalidad de oportunidades, el pesimismo en primera persona, el agua brotando en un vaso y cabezota hasta conmigo misma, cien por cien perseverante y una exploradora de la originalidad. Soy amiga de la paciencia, pero previsora en todo momento, ambiciosa con lo inaccesible y atraída por lo prohibido. Me gusta arriesgar, predecir y sentir un torbellino de emociones dentro de mí, una explosión de subjetividad. Admiro a la razón y colecciono sensaciones. Físicamente, no soy una chica diez, ni pretendo serlo. Pero, si tuviese que alardear de alguna parte de mi cuerpo, me decantaría por mis pies, ya que son los que me mantienen firmemente en el suelo, y eso es muy importante, estar siempre con los pies en la tierra.